Alta y baja cosmética: ¿qué diferencia hay?

Al escuchar las palabras alta y baja cosmética quizá pienses en esa crema facial o corporal más cara o más barata, ¿verdad? Algo de cierto hay en “mezclar churras con merinas” o, en este caso, nivel de la cosmética con precio, pero en realidad la alta y la baja cosmética es una etiqueta que se refiere a otra cosa muy distinta del precio. ¿Te intriga? Sigue leyendo…

La profundidad de nuestra piel

¿Sabes cuál es el órgano mayor del cuerpo humano? La piel, un órgano grande, pesado y muy profundo.

La piel de un adulto medio pesa entre 4 y 5 kilos, ocupa una extensión cercana a los 2 metros cuadrados y su espesor oscila entre los 0,5 milímetros de los párpados y los más de 4 milímetros de la gruesa piel de los talones.

Nuestra piel se compone de tres capas:

¿Por qué te contamos todo esto? Porque la profundidad a la que llega esa crema facial o corporal que estás utilizando marca la diferencia principal entre la alta y la baja cosmética.

La baja cosmética

Los productos que entran dentro de la gama de la baja cosmética facial o corporal  actúan sobre las células de nuestra epidermis, esa primera capa de nuestra piel que protege a nuestro organismo de la acción dañina del sol, la contaminación ambiental, las bajas temperaturas, los productos químicos del maquillaje o los perfumes, etc.

Dependerá de cada marca y comerciante, pero en general la crema facial o corporal de la baja cosmética no sirve para tratar afecciones que tenga la piel en sus capas más profundas por un motivo muy simple: no logra traspasar la primera capa de piel e hidratar las células envejecidas o dañadas que se encuentran en la dermis.

La alta cosmética

Las cremas, sérum, tónicos, limpiadores, hidratadores, etc.,  que entran dentro de la gama de la alta cosmética facial o corporal poseen unas sustancias que les permiten traspasar la barrera de la epidermis y llegar hasta la dermis, esa capa intermedia de la piel donde suelen surgir los problemas que desembocan en las marcas de expresión, las arrugas, las patas de gallo, las zonas resecas, etc.


¿La eficacia de los productos de la alta cosmética justifica el precio de una crema facial o corporal? Quizá sí, en todo caso, lo mejor es preguntar a ese profesional que conoce bien los efectos saludables de casi todos los productos de belleza: tu farmacéutico de confianza.

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