Antibióticos, los peligros de su uso incorrecto
Sin lugar a dudas, los antibióticos son uno de los mejores descubrimientos del ser humano y gracias a ellos se salvan muchas vidas alrededor de todo el mundo. Pero si queremos que sigan surtiendo el mismo efecto y sigan manteniendo sus efectos beneficiosos, es importante que cambiemos ciertos hábitos que se están extendiendo y están haciendo que los antibióticos pierdan gran parte de sus efectos, con el peligro que ello entraña para la salud mundial.
No tomar antibióticos si no son necesarios
El principal problema viene por tomarlos cuando realmente no son necesarios, por ello algunas bacterias están logrando adaptarse y hacerse resistente a los antibióticos. Esto ha provocado que vayan apareciendo cepas que se manifiestan como resistentes al efecto de los antibióticos, lo que está dificultando de importante manera el tratamiento de varias enfermedades.
Para tomar antibióticos, consulta con tu médico
Vamos a ver algunos de los fallos más comunes a la hora de tomar antibióticos y que deberíamos corregir y cuidar para poder seguir manteniendo la protección que nos brindan estos medicamentos:
- No tomarlos nunca para tratar gripes o catarros: la razón es muy sencilla, estas enfermedades están causadas por virus y los antibióticos solo valen para combatir las enfermedades causadas por las bacterias. Mucha gente cree que tomando antibióticos se curan en apenas un par de días, pero es que si se trata de un resfriado común, también habrían mejorado sin tomar nada. En todo caso, si los síntomas del catarro o la gripe no mejoran en pocos días, acude a un profesional médico.
- Puntualidad a la hora de tomar antibióticos: no solo es importante no olvidar de tomar los antibióticos para conseguir que funcionen de la forma correcta, también es de vital importancia mantener una regularidad y hacerlo todos los días a la misma hora. Para no olvidarte reparte las tomas como mejor te convengan e incluso ponte una alarma en el móvil para que te avise. Pero recuerda que es muy importante no saltarse ninguna toma.
- Conserva el prospecto por si aparecen dudas: y es que aunque muchas personas no lo hagan, es muy importante leerse los prospectos de los medicamentos que se van a tomar. En él podemos encontrar información importante como la incompatibilidad con ciertos alimentos o la interacción con otros medicamentos, como por ejemplo con los anticonceptivos, que ven reducido su efecto.
- No abandones el tratamiento aunque te sientas mejor: es un fallo muy habitual. En cuanto se empiezan a sentir los primeros efectos de mejoría mucha gente abandona la toma de antibióticos. Si al acudir al médico, este te ha dicho que el tratamiento debe durar siete días, son siete días, ni uno ni uno menos. Puede que al tercer día hayas mejorado de forma considerable, pero si no se termina el tratamiento se corre el riesgo de sufrir una recaída.
- No pidas en la farmacia antibióticos sin receta: la razón es tan sencilla como que la ley prohibe la venta de antibióticos sin prescripción médica. Un alto uso indebido de esta medicación desarrolla resistencia en las bacterias, lo que hace crecer el riesgo de que enfermedades que ya se tenían controladas se vuelvan inmunes a los efectos de los antibióticos.
- Cuida las bacterias buenas que hay en el cuerpo: ya que no todas las bacterias que existen en el organismo tienen efectos negativos para nuestra salud, como puede ser la conocida como flora intestinal. A la hora de atacar a las bacterias, los antibióticos no son capaces de distinguir entre las malas y las buenas, así que cuidado con el abuso.
Pero lo más importante es que tengan presente que nunca debes auto medicarte. Si sientes síntomas de que puedes estar empezando a enfermar, acude al médico para que sean los profesionales de la salud los que te indiquen cómo tratar la posible enfermedad. La toma de antibióticos sin ninguna supervisión profesional puede tener efectos nocivos para tu salud.