Y a ti, ¿qué te hace feliz?

Cada uno de enero aparecen los bienintencionados, aunque no siempre posibles, propósitos de año nuevo. Es bien sabido por todos que a los nuevos retos se les van acumulando los objetivos que no hemos conseguido cumplir en años anteriores. Por esta razón hay que ser realistas y, como demuestran los hechos, intentar centrar las fuerzas en cumplir los propósitos más alcanzables.

¿Qué te hace feliz?

Los propósitos más frecuentes año tras año, según los expertos, son ir al gimnasio, mejorar la alimentación, viajar, estar más tiempo con los nuestros, hacer más caso a los hijos, dejar de fumar o aprender cosas nuevas como por ejemplo algún idioma.

En primer lugar debemos plantear de forma sencilla y concreta los objetivos que queremos cumplir a lo largo de los próximos 365 días. Marcarse pequeñas metas que poder satisfacer e ir poco a poco. En este punto hay que tener muy presente aquello que señalan como importante los psicólogos, hay que aprender a admitir la frustración

Primero de enero: derrochamos voluntad y buena disposición ante la idea de dejar de fumar, practicar deporte, comer más sano, leer más, … pero la mayoría se queda en eso, en buena disposición en un día comiendo ensalada, buscando quinoa en todos los supermercados el barrio, para volver a pecar con cualquier excusa, es que “un día es un día”, y para eso si que cuando nos los proponemos somos capaces de buscar mil motivos.

Este 2015 puede ser diferente, aún estamos a tiempo de que ese intento se convierta en un hecho, prepara papel y boli para ir tachando de tu lista todos los propósitos posibles.

Para conseguirlo debemos de seguir unos pasos, en primer lugar plantear bien nuestros objetivos, que deben ser los más realistas posible. Es mejor ir poco a poco que abandonar en febrero nuestra idea de hacer deporte por querer convertirnos en un Rafa Nadal exprés.

Ya tenemos lo principal, ahora debemos programar como vamos a llevarlo a la práctica. No debemos exigirnos demasiado, aunque seamos nuestro peor crítico, tenemos que tener presente que estar convencidos de lo que queremos y ser conscientes de nuestras capacidades es fundamental.

Ahora debemos buscar tiempo para esos retos que lo precisan. Adapta tu lista a formato agenda, empieza de forma paulatina a añadir tiempo a esa idea que tanta ilusión te despertaba ese lejano día uno de enero. Selecciona los día y hora, y empieza a hacerlo. Como todo en la vida, lo primero es empezar.

Es necesario tener presente que no debes frustrarte si los objetivos van cambiando y adaptándose a tus hábitos a medida que pasan los meses, debido a tus obligaciones o compromisos, lo importante es no abandonarlos.

La idea de los buenos propósitos no es cuestión de rellenar esa agenda tan bonita que Papá Noel dejó bajo tu árbol sino de querer hacer cosas nuevas, simplemente con la intención de querer ser felices. La felicidad es algo único y subjetivo para cada individuo, por lo que hay que tener claro que no es más feliz quien consigue alcanzar sus metas.

Bienestar psicológico, capacidad de sentir gratitud, sensibilidad, honestidad con uno mismo y con lo que nos toca vivir, son algunos factores que relacionamos con la felicidad, por eso es tan importante conocernos, nuestras aptitudes, objetivos, metas y qué es aquello que nos hace felices.

Una de las cosas que debemos aprender desde niños es a tolerar los fracasos, como escribió el filósofo francés, André Comte-Sponville, en su libro ‘La felicidad, desesperadamente’, “la mayoría, ya de pequeños, deseamos lo que no tenemos o bien tenemos lo que desde ese instante ya no deseamos. A aceptarlos como propios, como algo normal de la vida. Los expertos en la mente humana lo llaman: tolerancia a la frustración”.

Las personas que no tienen capacidad para tolerar la frustración y que no saben reaccionar ante el fracaso de sus planes se les generan sentimientos como la ansiedad, tristeza, humillación o enfado, ante esta situación suelen culpar de lo que les pasa a otras personas o circunstancias que no dependen de ellos.

Para aquellos que ven el lado bueno de las cosas, los que saben tolerar la frustración, ante un fracaso tienen la capacidad de sobreponerse manteniendo la calma, y utilizan su capacidad creativa para solucionar los problemas y desafíos que nos plantea la vida.

Si el tema que nos concierne lo llevamos al plano general de nuestra sociedad, teniendo en cuenta la propia actualidad del mundo en que vivimos, la era de la inmediatez y la del hedonismo, en la que si algo no nos gusta, simplemente lo cambiamos, es lógico que las personas tengamos una baja tolerancia a la frustración. Por este motivo, superar y a aceptar los fracasos se convierte en algo esencial para la vida.

Para conseguir ciertos éxitos hay que saber esperar, luchar por ellos de forma constante y ser positivo ante las dificultades. Tienes un año por delante, un año para viajar más, correr más, reír más, leer más y ser (más) feliz.

 Y a ti, ¿qué te hace feliz?