Inteligencia emocional en la farmacia

Soy Mónica Ortega, farmacéutica comunitaria, coach personal y profesional. Me gustaría hablaros sobre la importancia que tiene desarrollar la inteligencia emocional en la oficina de farmacia.

La inteligencia emocional es una herramienta en mí día a día para sentirme mejor. Además, he comprobado en mis procesos de coaching con varios clientes, que no saber gestionar bien las emociones son una fuente importante de conflictos, tanto con ellos mismos como con los demás, dando lugar a problemas en las relaciones con amigos, compañeros de trabajo, pareja, familia…

Por regla general muchas personas se sienten inseguras a la hora de afrontar sus emociones ya que hemos recibido poca o nada formación al respecto. De adultos vivimos con los sentimientos que tenemos. Y vivimos con nuestras creencias relacionadas a cómo es mejor afrontarlos, que suelen ser creencias relacionadas con la sabiduría del control emocional.

Según el profesor Leslie Greenberg “es necesario sanar la división entre emocional y racional, entre dentro y fuera, dando un nuevo paso evolutivo cultural, en el cual, en las escuelas e instituciones y, más importante todavía, en nuestros hogares y trabajo, facilitemos la integración de cabeza y corazón… Esto conducirá a una armonía con nosotros mismos y con los demás…

Nos tratamos de la forma en que hemos sido tratados, tratamos a otras personas de la manera en que nos tratamos a nosotros mismos. La empatía con los sentimientos de los demás conduce a la auto-empatía.

La inteligencia emocional nos ayuda a:

Características de una personal con inteligencia emocional desarrollada

¿Cuál es el mejor camino para vivir en armonía emocional con nosotros mismos y con los demás?

La inteligencia emocional implica que nuestras emociones nos movilicen y que nuestra razón nos guíe. Integrar cabeza y corazón supone que la acción incitada por la emoción sea razonada.

Nuestras emociones son parte de nuestra inteligencia. Es necesario sanar la división entre emocional y racional, entre dentro y fuera, dando un nuevo paso evolutivo. Ser solamente racionales nos niega el acceso a una fuente compleja de conocimiento emocional, que informa adaptativamente a la acción y que contribuye a la resolución de problemas y a la toma de decisiones. Además, constituye una gran fuente de creatividad. Cuando luchamos por aquello que nos interesa conseguimos una sensación fluida de bienestar, que nos inspira a alturas que están más allá de cualquier cosa a la que nos pueda llevar la razón.

Por ejemplo: el miedo te dice que estás en peligro, la tristeza que has perdido algo importante, y la alegría que has alcanzado una meta. Las emociones te aportan información relacionada con tu bienestar. Las emociones son procesos organizadores a los que es necesario prestar atención. En combinación con la razón, contribuyen a hacernos seres más eficaces en entornos siempre cambiantes. Te ayudan a adaptarte rápidamente al mundo y a resolver problemas.

Por lo tanto, cuando recibes un mensaje de una emoción, indica que hay un problema, tienes que actuar con conciencia, reflexionar acerca de lo que está ocurriendo, y crear soluciones a esas circunstancias que han producido el sentimiento de malestar. Tienes que comenzar el proceso de reorganizar tu mundo conscientemente. Las emociones, pues, exponen los problemas para que la razón los resuelva.

En lugar de pensar que tienes la necesidad de reprimir o controlar tus emociones para ser sociable, o que tienes que aprender a crecer y superar los sentimientos infantiles de dependencia, se te considera con la necesidad de prestar atención a tus emociones adaptativas para mantenerte activo, curioso y conectado a los demás.