Morderse las uñas perjudica la salud
Morderse las uñas es un hábito feo que no sólo destroza nuestros dedos, también destruye los nervios de los que rodean al mordedor compulsivo. Pero además, está demostrado que morderse las uñas puede dañar severamente nuestra salud, y no hablamos sólo de los dientes…
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La peligrosa onicofagia
La onicofagia, ese mal hábito de morderse la uñas compulsivamente, es un trastorno que afecta sobre todo a los niños, pero también a un número preocupante y creciente de adultos estresados.
Como suele ocurrir con muchas otras alteraciones emocionales, no hay una sola razón que explique por qué algunas personas insisten en morderse las uñas hasta que se hacen sangre y sus dedos se hinchan como morcillas. Las principales razones que explican por qué nuestros dientes se ensañan con las uñas son dos:
- Trastornos emocionales: estamos muy acostumbrados a ver cómo las personas – hombres, mujeres y niños – excesivamente nerviosas acostumbran a morderse las uñas hasta que no queda ni resto de la queratina que las forma. El segundo culpable de esta afección dañina para nuestra salud llamada onicofagia es el estrés negativo al que estamos sometidos niños y adultos en esta sociedad nuestra excesivamente apresurada y ferozmente competitiva.
- Trastornos psicosomáticos: la baja autoestima, la timidez excesiva, una mala temporada en casa, en el colegio o en el trabajo, los disgustos… son varias de las razones que explican que una persona empiece a morderse las uñas o recaiga en ese mal hábito tan perjudicial para la salud de nuestros dientes, mandíbula, aparato digestivo, etc.
Morderse las uñas afecta gravemente a la salud
Las uñas y los dientes son los primeros afectados por el mal hábito de la onicofagia:
- Las uñas: daños en la cutícula – la piel fina que recubre la ese cuerpo ungueal llamado uña-, trastornos en el lecho ungueal – el tejido blandito que se encuentra debajo de las uñas- destrucción de la lúnula – esa pequeña medialuna más o menos visible que encontramos en la base de cada uña -, etc.
- Los dientes: morder compulsivamente la dura queratina de las uñas por fuerza tiene que dañar a nuestros dientes. El esmalte de los dientes con los que acostumbramos a morder día tras día esas uñas tan tentadoras se desgasta, se destruye y, en casos graves, puede llegar a romperse y abrir una vía perfecta para los virus y las bacterias portadoras de infecciones y enfermedades.
Otra consecuencia negativa de la onicofagia para nuestra dentadura es que los dientes, con la presión continua del mordisqueo, se van moviendo y apiñando. Esta malformación dental sólo tiene solución abonando las costosas facturas que te pasará tu dentista en concepto de aparatos correctores para los dientes.
Pero además de dañar las uñas, lesionar los dedos y desgastar nuestros dientes y nuestro bolsillo, el hábito de morderse las uñas tiene otras consecuencias para nuestra salud. Dos ejemplos:
- Infecciones intestinales. No siempre tenemos las uñas tan limpias como nos gustaría, especialmente los niños. En la suciedad proliferan los gérmenes, unos microorganismos que pasan al interior de nuestro organismo con los pedacitos de uña o piel que ingerimos y que son la causa directa de enfermedades e infecciones en el aparato digestivo.
- Alteración de la mandíbula. Si el mordisqueo continuo e irritante de las uñas es capaz de modificar la colocación de nuestros dientes, ¿no hará lo mismo con la articulación de la mandíbula? La respuesta es sí.
Ya ves, morderse las uñas es un mal hábito para tu salud. Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para librarnos de una vez por todas de esta fea e insana costumbre. ¿Necesitas dejar de morderte las uñas? Consulta en tu farmacia de confianza, esos profesionales de la salud también tienen el tratamiento perfecto para tu problema.
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