Tu sangre nos dice quién eres
Nuestro cuerpo encierra más de 95.000 kilómetros de vasos sanguíneos y la sangre que viaja a través de ellos guarda mucha más información de la que creemos sobre nosotros. No sólo nos ayuda a mantener la temperatura del cuerpo, evitar infecciones gracias a los anticuerpos y transportar oxígeno a las células del organismo, también puede predecir algunos comportamientos y enfermedades como el alzhéimer.
Qué nos dice la sangre
Entre estos comportamientos, gracias al gen SKA2 que interactúa con las hormonas del estrés, podemos saber si la persona en cuestión padecerá conductas suicidas con más de 80% de acierto. También supera el 80% de acierto concretar si las mujeres tendrán tendencia a padecer depresión postparto debido a una alteración química de dos genes que se detectan en cualquier trimestre de embarazo.
En el caso del alzhéimer, un grupo de 10 proteínas detectadas en la sangre pueden predecir casi con el 90% de seguridad si la persona está predispuesta a padecer la enfermedad con un año de adelanto.
Además, en la sangre se graba nuestra personalidad, cómo será nuestra respuesta ante situaciones de ansiedad y la capacidad a la hora de asumir riesgos. Nuestra sangre revela, gracias a las hormonas que contiene, nuestro color de ojos, de pelo y de piel, además de nuestro sexo y la edad que tenemos, incluso si fumamos o lo hemos dejado recientemente.
Pero no sólo lleva impresas cuestiones físicas, incluso puede determinar experiencias vitales, como nuestra posición económica o nuestros turnos de trabajo en función de las alteraciones del ADN, los patrones genéticos y los marcadores, que cada vez más se proyectan sobre cuestiones psiquiátricas y psicológicas.
Todo ello se traduce en el epigenoma, que engloba las diferencias genéticas relacionadas con nuestro estilo de vida y regulan la expresión de los genes.
La sangre tiene un papel muy importante y esperanzador en la prevención de enfermedades genéticas y distintos tipos de cáncer, como de colon o de mama, ya que permite conocer con antelación la predisposición a padecerlas.