Botulismo, la amenaza casera
La elaboración en casa de alimentos, y su posterior conservación en envases de diferentes materiales, aunque el que más abunda es el plástico, supone una actividad ampliamente arraigada en muchos países. ¿Quién no conoce a una madre, una abuela o algún familiar que le da “tupers” de comida a sus más allegados? En caso de que no se tomen las medidas necesarias de prevención, desde el momento de su elaboración hasta su posterior conservación para el consumo, se pueden padecer serios problemas de salud, entre ellos el botulismo.
Qué es y síntomas del botulismo
Se trata de una enfermedad grave, que en ocasiones puede acabar en enfermedad mortal. Su origen es un microorganismo que tiene una amplia difusión en la naturaleza, ya que se encuentra en la tierra, es estómago de las personas y animales y otros lugares. Es un germen llamado Clostridum botulinum que es capaz de crear la toxina botulínica que permanece en los alimentos sin modificarlos a simple vista. Y aquí es donde viene el problema, ya que el botulismo aparece por la ingesta de esta toxina.
El botulismo suele aparecer tras el consumo de conservas caseras, entre las que destacan las alubias, los espárragos, o las guindillas en aceite. Por regla general, alimentos que son poco ácidos y que no es necesario calentar para consumir. Los síntomas comienzan a aparecer entre las 18 y 36 horas posteriores al consumo del alimento.
La toxina culpable del botulismo bloquea la aceticolina, encargada de la transmisión de los impulsos nerviosos. Por eso uno de los primeros síntomas es que se paralizan los músculos, pudiendo aparecer problemas respiratorios y llegando hasta la parada cardiorespiratoria. Además, también puede producir otros problemas tales como la visión borrosa, la dificultad de una correcta deglución, visión doble, sensación de cansancio o la aparición de vómitos y diarrea.
Recomendaciones para evitar la aparición de botulismo
Ya que la toxina que provoca el botulismo no produce ningún cambio en los alimentos que se pueda ver a simple vista, ni modifica el olor ni el sabor, hay que seguir al pie de la letra unas rigurosas pautas a la hora de conservar y consumir alimentos. Solo de esta manera podremos prevenir la aparición del botulismo en nuestras conservas.
A la hora de elaborar las conservas caseras y para evitar el botulismo, recuerda:
- Esteriliza los botes y las tapas en agua hirviendo durante 15 minutos.
- Realiza las conservas con productos frescos en su punto justo de maduración. Lávalos con agua potable y elimina las partes dañadas.
- Tras asar, escaldar o pelar llene de manera lo más higiénica posible los botes, con las manos minuciosamente lavadas.
- Una vez llenados los botes, sin poner la tapa, calentar al baño maría para asegurar que se haga el vacío y evitar la aparición de la toxina culpable del botulismo.
- Al cerrar los botes, siempre con tapas nuevas y limpias, proceder al tratamiento con calor, que es lo que activa el procedimiento de conservación.
- Se puede hacer al baño maría, sobre todo en productos que sean ácidos como el tomate, melocotón, ciruela, fresa o naranja. Realizar este proceso entre una y dos horas desde que el agua comienza a hervir.
- También se puede hacer en olla a presión, por lo que la temperatura alcanzada será más alta, eliminando la toxina culpable del botulismo de manera más rápida. Este proceso se puede realizar entre 20 y 60 minutos.
- Al terminar este proceso, ir vertiendo en el recipiente donde hemos esterilizado agua fría poco a poco. De esta manera, disminuirá de forma rápida la temperatura, pero cuidado con hacerlo muy rápido o el bote podría romperse.
- Almacenar en un sitio fresco y seco. Colocar una etiqueta a cada bote en el que al menos se contemple la fecha de elaboración y el producto que contiene.
A la hora de proceder a su consumo, ten en cuenta estos consejos para evitar la aparición del botulismo:
- Evita consumir las conservas caseras que no sea necesario calentar antes de su consumo. Al calentar los alimentos durante al menos 10 minutos y a una temperatura de 80 grados se destruye la toxina culpable del botulismo.
- Rechaza siempre botes que presenten signos de oxidación, que estén abombados, los que tengan algo sospechoso por cualquier alteración del bote o, simplemente, todos aquellos productos que no puedas afirmar con seguridad que han sido debidamente tratados.
- Intenta consumir estos productos antes de que se cumple el año desde que se procedió a su envase.
Recuerda que el botulismo es una enfermedad que puede tener consecuencias mortales. En caso de que tengas cualquier sospecha o que no sepas de donde procede un alimento en conserva, evita siempre su consumo. En caso de que no te puedas contener, presta atención a tu cuerpo las 36 horas siguientes a su consumo y acude a un profesional médico en caso de que comiences a notar síntomas raros. Desde Farmacias.com te recordamos que la seguridad alimentaria es fundamental.
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