Si habéis prestado un poco de atención, están apareciendo nuevas palabras alrededor de los productos que comemos que, sin armar mucho ruido, pero tampoco sin descanso, han conseguido ir poco a poco ganando terreno. Seguro que cada vez te acostumbras más a leer en las etiquetas de los productos términos como hidropónico, artesanal, natural, de producción limpia o alimentos sostenibles.
Una nueva corriente que se basa en la producción de alimentos sostenibles que sean lo más respetuosos posible con el medio ambiente e intenten cuidar el planeta. Y a esta tendencia se suma FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), que en este 16 de octubre quiere celebrar el Día Mundial de la Alimentación bajo el lema: “El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también”. Si quieres saber más te puedes descargar este folleto o únete en redes sociales con el hashtag #WFD2016.
Los alimentos sostenibles deben ser el futuro
Con esta campaña quieren poner la lupa sobre uno de los mayores problemas que en la actualidad afectan a la seguridad alimentaria: el cambio climático. Se espera que en 2050 la población mundial alcance la impresionante cifra de 9.600 millones de personas. Para poder dar respuesta a las necesidades de todas estas personas, tanto los sistemas agrícolas como alimentarios deberán adaptarse a los efectos adversos del cambio climático.
Producir alimentos sostenibles, por tanto, significa adoptar las prácticas que sean capaces de producir más con menos y en la misma superficie de tierra usando los recursos naturales de forma correcta. La producción de estos alimentos sostenibles implica el cambio en la fase final del producto o la venta al por menor, impidiendo que por el camino se produzca la pérdida de productos. Implica también mejorar los procesos de recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructuras y mecanismos de mercado. Pero de nada valdría todo esto si no va acompañado de la adaptación de los marcos legales, fundamental para que se produzca su asentamiento.
La FAO quiere llamar la atención sobre los alimentos sostenibles, y por ello hace un llamamiento a los países para poder abordar este problema de manera conjunta, fortaleciendo así la resilencia de los pequeños agricultores que se dedican a los alimentos sostenibles, garantizando la seguridad alimentaria de una población más numerosa y más hambrienta.
Vocabulario de los alimentos sostenibles
- Orgánico: un “hit” (o hype para los más modernos) dentro del mundo de los alimentos sostenibles. La joya de la corona durante mucho tiempo. La jugada ganadora. Pero hay que tener mucho cuidado, porque bajo el cobijo de esta definición, se han intentado esconder otros muchos productos que poco tienen que ver. Hay que recordar que en tiendas y supermercados deben estar correctamente identificados con un sello que garantiza su calidad. Se deben revisar de manera periódica las fincas y suele llamar la atención la poca tecnología que se utiliza durante su producción.
- Hidropónico: no se debe confundir con el orgánico. La hidroponía es una técnica de cultivo de alimentos sostenibles que se realiza sobre un sustrato de agua. Este cumple la función del suelo, cuyas raíces flotan en el agua. Todos los nutrientes que son necesarios para el correcto crecimiento son añadidos al agua, de donde la planta se alimenta. Lo bueno de esta forma de cultivo es que puede presumir de una gran eficiencia a la hora de usar los recursos y nutrientes, al prescindir de la tierra y necesitar mucho menos espacio para su correcto funcionamiento. La práctica desaparición de las malas hierbas, la nula concentración de pesticidas, la posibilidad de usar zonas desérticas o cualquier otro lugar, y la gran sostenibilidad, son puntos a favor para poder decir que nos aproxima a un mundo más ecológico.
- Artesanal/natural: también son alimentos sostenibles aquellos productos procesados, como puede ser el pan, las jaleas o los dulces, que no se elaboran siguiendo los paradigmas tan propagados por el mundo capitalista. Se realiza una producción a menor escala, casi siempre de forma manual e intentando erradicar por completo el uso de conservantes, colorantes o elementos artificiales que sirvan para variar el sabor. Suelen hacer uso de los alimentos sostenibles para su producción.
- Amigable con el medio ambiente: este es el nombre que reciben todos aquellos productos que no generan ningún tipo de residuos contaminantes. Durante el proceso de creación de estos alimentos sostenibles no se utiliza ningún agente químico de los que tanto se usan en la industria convencional, y cuyos residuos suelen ser los mayores culpables de la contaminación de suelo y agua. Todo producto orgánico es un alimento orgánico, pero no todo producto amigable es orgánico, así que presta atención a los etiquetados.
Como puedes ver, la alimentación y la agricultura avanzan hacia unos nuevos modelos productivos que sean mucho menos agresivos con el planeta, utilizando la menor cantidad posible de productos químicos en la producción de los alimentos sostenibles e intentando minimizar los residuos que se crean. Un modelo productivo que la FAO quiere poner en alza en este Día Mundial de la Alimentación, dándole el protagonismo que se merece.
Y es que si no nos damos cuenta de que nuestro modelo alimentario y productivo se ha quedado anclado en el pasado, mientras el resto de industrias avanzan hacia nuevos modelos, dentro de pocos años estaremos lamentándonos, pensando en cómo pudimos explotar de tal manera el planeta, con la cantidad de herramientas y posibilidades que había a nuestro alcance para producir alimentos sostenibles.
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