Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha conseguido regenerar pelo en roedores a partir del manejo de unas células del sistema inmune.
Regenerar pelo en humanos: el reto de los científicos
Los científicos señalan que “la esperanza es lograrlo en humanos”. Este hallazgo no tiene sólo el objetivo de repoblar calvicies sino la posibilidad de crear injertos de piel más funcionales.
Los trasplantes de la propia piel cultivada en el laboratorio, es decir los injertos de piel, que se utilizan en las unidades de pacientes que han sufrido quemaduras les falta tanto folículos pilosos como glándulas sudoríparas.
Mirna Pérez-Moreno, principal autora de este trabajo, apunta que “son muchos los grupos interesados en regenerar pelo”. La científica que llevaba trabajando desde hace cuatro años junto con su compañero Donatello Castellana, del Grupo de Biología Celular Epitelial del Programa Fundación BBVA-CNIO, en la investigación de otro problema, asegura que el hallazgo de este hecho no fue intencionado.
Realizaban estudios con ratones, los cuales recibían un tratamiento con antiinflamatorios. Fue en este punto cuando observaron a estos animales se les producía una reactivación del crecimiento del pelo, un efecto secundario del experimento al que estaban sometidos.
Los dos miembros de la investigación sostenían que la el motivo por el cual esto sucedía podía residir en el sistema inmune, “ya que la inflamación es una respuesta defensiva del organismo”.
Una vez llegaron a este punto, y teniendo entre manos esa hipótesis empezaron a investigar con distintos tipos de células responsables de la defensa del organismo, con el fin de averiguar cual era el origen de la regeneración capilar que había tenido lugar en los animales con los que se realizaba el estudio.
Pérez-Moreno señala que entre todas las células que estudiaron “vimos que, en estado de no inflamación, los macrófagos (células que defienden al organismo de las infecciones y reparan las heridas) presentaban variación en cuanto al número en el momento en que los folículos pilosos se activaban, es decir, vimos variación en estas células en la fase cíclica en la que el pelo crece (denominada apoptosis)”.
Los investigadores señalan que “la muerte de una parte de los macrófagos estimula a otros macrófagos que quedan vivos para que secreten factores que activan las células madre de la piel y promueve así el crecimiento del pelo”.
“La muerte de una parte de los macrófagos parece ser la señal que empuja al folículo piloso a entrar en la etapa de crecimiento”, concluye la científica.
Pérez-Moreno argumenta que “desde hace tiempo se sabe que las moléculas Wnt son importantes para regenerar pelo, pero se desconocía la fuente de la que procedían.Ahora hemos descubierto que los macrófagos contribuyen a su producción”.
Los autores del estudio, publicado esta semana en la revista PLOS Biology, para ratificar el descubrimiento, imitaron de forma artificial la fase natural en ratones. Para ello usaron un medicamento inhibidor de Wnt, de esta forma, retrasaron el crecimiento del pelo.
Los investigadores esperan que aunque el descubrimiento ha tenido lugar en ratones, de forma muy probable “ayude al descubrimiento de nuevas estrategias terapéuticas para el crecimiento del pelo en humanos”
Según destacan los científicos este trabajo deja patente la posibilidad de trabajar con liposomas como vehículo de medicamentos para enviar a células específicas.
En este estudio, los liposomas transportaban el fármaco inhibidor hasta los macrófagos de los ratones. Donatello Castellana afirma que se trata de una vía de experimentación muy prometedora en varias patologías.
“Las células que dan origen al cáncer de células escamosas, uno de los tumores más frecuentes en el mundo. Nuestro trabajo ha identificado que los macrófagos contribuyen a regular la proliferación controlada de las células madre a través de la vía Wnt; quizás haya tumores relacionados con un desajuste en los macrófagos que secretan Wnt” apuntan en el estudio.