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En verano los cambios de temperatura parecen una montaña rusa. A unas horas del día hace un calor asfixiante, y por la noche, si corre un poco de aire podemos pasar incluso un poco de frío. El cuerpo de un adulto regula la temperatura con facilidad, sin embargo, esto no es tan fácil en un bebé en verano. Los papás a veces pecan de abrigar demasiado a los pequeños. Os contamos algunos aspectos que podéis tener en cuenta para mantener una temperatura sana.

Cuando un bebé viene al mundo, su sistema autorregulador de la temperatura aún no se ha desarrollado bien, y por eso son mucho más sensibles al frío o al calor. No hay que alarmarse por esto, porque a los dos o tres días madura.

Cómo mantener fresco al bebé en verano

Para que los cambios de temperatura de la época no le pasen factura al bebé en verano, puedes tomar algunas medidas que estamos seguros de que te serán muy útiles:

Ofrece pecho a demanda: Este es un consejo fundamental del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Un bebé que se alimente con lactancia materna exclusiva no requiere ningún otro tipo de líquido. La leche le aporta la hidratación que necesite para estar sano.

Elige un lugar donde la temperatura sea la adecuada y el bebe esté fresquito. Adopta posiciones que le resulten cómoda, y puedes colocar, por ejemplo, una gasa entre la mamá y el pequeño.

La temperatura en casa: Aunque el calor es lo mismo si hablamos de bebés o de un adulto, los más pequeños reaccionan de manera diferente cuando el calor es insoportable.

Lo ideal es que la temperatura de casa ronde los 22ºC o los 24ºC, especialmente en las habitaciones donde se encuentre el bebé en verano. Si no tienes aire acondicionado, lo aconsejable es que bajes las persianas durante el día, para evitar el calor excesivo.

No salgas a la calle en las horas de más calor: A nadie le parece buena idea salir a pasear a las tres de la tarde, ¿Verdad? Sin embargo, esto no significa que en los meses de verano tengamos que tener a nuestros pequeños encerrados en casa todo el día. Únicamente tenemos que elegir aquellos momentos del día en las que haga más fresquito, por ejemplo, las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde.

Si no hay más remedio y tenemos que salir a la calle cuando hace mucho calor, elige las zonas con sombra y que sean más frescas.

Mantén al bebé en verano bien hidratado: Los bebés son uno de los grupos de la población más sensibles a la deshidratación. La cantidad de líquido que tienen que tomar a diario oscila entre los 0,6 y 0,7 litros en el caso de los menos de un año, y entre 1,3 y 1,4 litros en los niños de entre uno y ocho años.

La cantidad de líquido que tenemos que dar a nuestros hijos en los meses de verano es mayor que el resto del año para conseguir el equilibrio hídrico. Hay que tener en cuenta que el sentido de la sed de un bebé no es el mismo que el de una persona adulta. Te animamos a que les ofrezcas a menudo frutas, zumos, y demás alimentos con gran contenido en agua.

Cómo vestir a mi bebé en verano: Si hay algo que tienen muy claro los especialistas, es que a la hora de elegir la ropa tenemos que usar nuestro sentido común. Opta por colores claros y telas frescas, con tejidos que sean transpirables, por ejemplo, el algodón o el lino.

Si tu bebé aún no camina, puede ir descalzo, porque esta es una de las partes del cuerpo que más transpiran. Si ya es capaz de andar, no dudes en elegir a las sandalias como compañeras fieles.

EL calor es una preocupación muy común de los papás en los meses de verano. Contadnos, ¿Vosotros qué medidas soléis tomar para mantener una temperatura adecuada?