Es primordial a la hora de educar a nuestros hijos tener una visión a largo plazo, y no quedarnos estancados en sobrevivir día a día, manteniendo presente que los errores que cometamos con ellos ahora pueden desembocar en problemas en sus personalidades en un futuro.

Y uno de los más frecuentes es “tenerles miedo” a sus hijos, más bien a la reacción de sus hijos, por lo que suelen contentarlos con los que ellos prefieran para evitar berrinches y llantos. Los padres deben mantenerse en su lugar y enseñar a sus hijos a acatar las decisiones que ellos hayan tomado, aunque esto suponga aguantar alguna pataleta.

Abusar de caminos fáciles a la hora de distraer a los hijos es otro de fallos que cometen los padres de hoy día. Los niños tienen que aprender a distraerse por si mismos y no depender de la tecnología para ello. Levantarse solos cuando se caen, la paciencia cuando tienen hambre… son premisas que debemos mantener y enseñar a nuestros hijos.

Errores de los padres

“Qué le vamos a hacer, son cosas de niños”. Esta justificación del comportamiento también se debe evitar, ya que la mayoría de las veces los niños se portan mal para llamar nuestra atención, por lo que hay que ser más exigentes con ellos y mantener mano firme en cuanto su conducta. Enlazando con esto, los padres deben considerar que otros adultos corrijan a sus hijos, tomarlo más que como un reproche como una colaboración en la forma adecuada de educarlos, teniendo siempre claro que nuestros hijos no son perfectos y también se equivocan.

Tampoco hay que anteponer sus necesidades a las nuestras, sin llegar a descuidarlas, en el sentido se saber decir que no ante un capricho, ya que no es malo que los niños se sientan incómodos ante determinadas situaciones, las cosas no tienen que ser cuando ellos digan. Hay que amarlos antes que idolatrarlos, educando al hijo que tenemos y no al que queremos que sea. 

Hay que evitar caer en la sobreprotección y no extralimitarse en su implicación en la vida de sus hijos, enseñarles que no todo es fácil de conseguir. Deben desarrollar la habilidad de ser capaces de salir adelante y comprobar por si mismo que la vida tiene adversidades, con momentos incómodos y decepcionantes.

No hay que dejar de ser padres en ningún momento, nosotros somos los padres y ellos los hijos y cada uno debe mantenerse en su lugar, por encima de la amistad que podamos establecer con ellos. Y sobretodo, ellos no deben dejar de ser niños y comportarse como tales. 

Como padres tenemos que evitar prestarle más atención a los hijos más pequeños, tratándolos a todos por igual. No perder el control delante de los hijos ni enfrentarse violentamente entre nosotros son otras dos buenas prácticas, aunque cueste.

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