El momento del baño de tu bebé es sin duda uno de los momentos más especiales que compartís juntos. Ya sea para divertiros o como rutina relajante para acabar el día, siempre debes cuidar algunos aspectos importantes.
En el baño dejaremos preparado todo antes de comenzar, tanto ropita como toallas y productos que usaremos, ya que en ningún momento podemos dejar al bebé solo bajo ninguna circunstancia.
La frecuencia del baño
El debate sobre la frecuencia del baño de un bebé es un tema constante entre padres y expertos. Hay quienes afirman que un bebé no necesita de baños diarios para mantenerse limpio, ya que no se ensucian como un niño más mayor o un adulto. Otros defienden un baño diario para establecer una rutina con el bebé. Defiendas una u otra postura, lo que debes tener presente en cualquier caso es el tipo de piel de tu bebé y usar productos adaptados a ella, para mantenerlo bien hidratado y cuidar posibles irritaciones. Estos productos deben ser respetuosos con la piel del bebé, de PH neutro.
Debemos prestar especial atención a su zona íntima, también cada vez que tengamos que cambiar el pañal, porque en esta zona se acumulan gran cantidad de bacterias que pueden producirle infecciones. También cuidaremos zonas, como el cuello o las ingles, donde se forman pequeños pliegues que pueden acumular sudor o pelusas.
El agua debe estar templada, sobre unos 35 grados, y a la hora de introducir al bebé en el baño lo haremos despacio, sosteniendo con tu brazo su cuello y su cabeza, para evitar que se asuste. Es importante mantener la temperatura del bebé y mojarlo con frecuencia para que no coja frío.
Nunca frotaremos al bebé con fuerza, durante el baño y para secarlo usaremos una toalla suave de algodón. Con estos consejos seguro que disfrutaréis de este momento especial.
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