En fechas señaladas o vacaciones, como las que la mayoría de personas disfrutan en verano, es habitual que se mezcle el consumo de ibuprofeno y alcohol. Las celebraciones familiares, los reencuentros con amigos o las copiosas comidas “regadas” con alguna bebida alcohólica son algunos de los eventos en los que se puede dar esta nada recomendable mezcla.

Las bebidas alcohólicas siguen el mismo tránsito fisiológico que cualquier otro líquido que ingerimos a través del sistema digestivo, y van directas hasta el estómago. Pero los alcoholes en sí acaban en el hígado, que es el órgano encargado de transformar y depurarlos.

Ibuprofeno y alcohol

Se da la casualidad de que el hígado también es el encargado de metabolizar medicamentos como el ibuprofeno. Este antiinflamatorio no esteroideo, también conocido como AINE, se utiliza con la función básica de mitigar tanto la inflamación como el dolor o la fiebre. Otros usos que también se le dan al ibuprofeno es el de calmar los dolores relacionados con huesos y articulaciones, como el reuma, la artritis o la artrosis.

De lo primero que hay que ser conscientes es de que los medicamentos y el alcohol no son “buenos compañeros de viaje”, ya que el consumo de ambos mezclados puede ocasionar efectos negativos sobre la salud. En caso de que se de el consumo de ibuprofeno y alcohol de una manera muy cercana en el tiempo hay que saber que puede producir molestias gástricas.

El motivo de estas molestias gástricas producidas por el consumo de ibuprofeno y alcohol se debe a que aumentan las pequeñas lesiones que los antiinflamatorios provocan en la mucosa gástrica. Por ello durante los tratamientos prolongados con ibuprofeno es recomendable mantenerse alejado de las bebidas con alcohol ya que este puede intensificar las hemorragias gastrointestinales o incluso llegar a provocar desgarros o perforaciones en el estómago.

Efectos del consumo de ibuprofeno y alcohol

Al producirse un consumo simultáneo de ibuprofeno y alcohol se produce un efecto competitivo entre ambos, ya que los dos se metabolizan en el hígado. La consecuencia más clara de esta competencia es que a menos cantidad de alcohol consumido, su efecto se hace más “notable”. En caso de que estemos hablando de una persona que sufre alcoholismo crónico, este efecto se dará con el ibuprofeno. Es decir, habrá que consumir una mayor cantidad de medicamento para conseguir el mismo efecto necesario.

Otros de los síntomas que corren el riesgo de sufrir las personas que consuman de manera simultánea ibuprofeno y alcohol es la de la modificación de la memoria visual y auditiva. Además el efecto del alcohol hará que se vean afectadas también las capacidades cognitivas, se puede dar un notable aumento de la sensación de aletargamiento, confusión o la disminución de manera considerable de los reflejos.

Así que el consejo es bastante claro: si vas a ir a algún acontecimiento en el que vayas a consumir alcohol, intenta evitar dentro de lo posible la ingesta de ibuprofeno durante las horas previas.

Y recuerda leer siempre el prospecto de los medicamentos y consultar con el farmacéutico en caso de duda.

Y si lo que tienes es resaca, aquí te dejamos unos cuantos consejos para aliviar la resaca sin necesidad de tomar medicamentos como el ibuprofeno.


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