La intolerancia a la lactosa
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo –FEAD- entre un 20% y un 40% de los españoles sufrimos intolerancia a la lactosa de la leche y derivados. La alta tasa de incidencia de esta intolerancia que afecta no solo a nuestra salud, sino a nuestros hábitos de consumo y alimentación tuvo ya hace años una respuesta por parte de las empresas lácteas; al ver que el consumo de leche y derivados descendía bajo mínimos y la intolerancia a la lactosa se generalizaba cada día más, sacaron al mercado su gama de leche, yogures y queso sin lactosa.
Por supuesto la radio, la televisión, la prensa y, sobre todo Internet se hincharon a hablar de la lactosa, la leche y la intolerancia, pero ¿conocemos realmente el problema? ¿Qué síntomas nos deberían hacer sospechar que nuestro organismo es intolerante a ese azúcar que contiene la leche de los mamíferos y que se llama lactosa? Hoy lo vemos en detalle aquí, en el blog de Farmacias.com.
La lactosa
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define el término lactosa como: Azúcar que contiene la leche, formado por glucosa y galactosa.
En función de la especie de mamífero – vaca, oveja, cabra, mujer…- la leche tiene una u otra composición, pero ninguna carece de ese carbohidrato llamado lactosa y que sirve, entre otras muchas cosas, para aportar a nuestro organismo esa energía que necesita para realizar sus funciones básicas.
Lógicamente, ciertos alimentos comerciales como la leche, la mantequilla, el queso o el yogur contienen una alta concentración de lactosa, pero atención, también podemos encontrar esta molécula de glucosa en otro tipo de alimentos que, en principio, no deberían llevarla: jamón cocido o tipo york, mortadela, sopa de sobre, cubitos para hacer caldo, purés y cremas, pan de molde y pan común, salchichas tipo Frankfurt, galletas, bizcochos…
Una curiosidad: cuanta más lactosa contiene la leche de un mamífero, más grande es el cerebro del bebé de esa especie.
La lactasa, la intolerancia a la lactosa y las personas hipolactásicas
No, no nos hemos equivocado al escribir la palabra lactosa, hablamos de la lactasa, una enzima que fabrica el intestino delgado de algunos animales y que sirve para separar los dos componentes de la lactosa de la leche: la galactosa y la glucosa. Es necesario que nuestro organismo separe estos componentes de la lactosa presente en la leche para poder digerir y procesar el alimento sin problemas.
¿Qué sucede si nuestro intestino delgado no es capaz de fabricar lactasa? Pues que la lactosa pasa a nuestro intestino grueso entera, sin digerir. ¿Qué sucede si ocurre esto? Que las bacterias que se encuentran en el intestino grueso intentan descomponer la lactosa y generan un gran número de sustancias de desecho – hidrógeno, metano, anhídrido carbónico…- que son las principales responsables de los síntomas de intolerancia a la leche y a la lactosa: gases, hinchazón de vientre, sensación de malestar, dolor abdominal, diarrea, vómitos, etc.
Como ves, la clave para entender mejor la intolerancia a la lactosa está en la lactasa y en la capacidad del organismo de producirla, así:
- Cuando el intestino delgado de una persona es completamente incapaz de producir lactasa, los médicos diagnostican intolerancia a la lactosa.
- Cuando el intestino delgado de una persona sí produce lactasa, pero en una cantidad insuficiente para descomponer correctamente la lactosa presente en la leche, los médicos etiquetan a esa persona en terminología médica como hipolactásica.
Algunos apuntes importantes de la intolerancia a la lactosa
Hace un tiempo la Fundación Española del Aparato Digestivo hizo pública una interesante nota de prensa sobre el incremento de la intolerancia a la lactosa de la leche y sus derivados entre la población española. En esa nota de prensa subrayan dos datos importantes que nos gustaría compartir contigo:
- La intolerancia a la lactosa es una enfermedad difícil de diagnosticar, pero que puede afectar seriamente a nuestra salud si no la tratamos correctamente.
- Hay muchas personas que se autodiagnostican como intolerantes a la lactosa y dejan de tomar leche y derivados lácteos. Ese es un grave error, no solo porque están eliminando de su dieta el calcio y las vitaminas presentes en estos alimentos, sino porque pueden sufrir otras enfermedades y no tratarlas.
El consejo que te damos desde el blog de Farmacias.com es el de siempre: si sospechas que tienes intolerancia a la lactosa de la leche y los derivados lácteos reserva cita previa en tu centro de salud.