Con el fin de las vacaciones y la vuelta a la rutina, muchos buscamos perder esos kilos de más que hemos ganado con el relax del verano. Hacer dietas es, en estas fechas, uno de los pilares junto con el deporte, al que nos agarraremos para sentirnos bien con nosotros y recuperar nuestra figura.

Todos tenemos alguna idea superficial de cómo hacer dietas, pero es cierto que hay creencias que no son del todo ciertas. Te las contamos.

Equivocaciones sobre las dietas

La más lógica sería pensar que si nos saltamos alguna comida adelgazaremos más rápido. Debemos tener cuidado con esta trampa porque podemos caer en un efecto rebote. El cuerpo quema menos calorías porque se ralentiza el metabolismo. Lo ideal es comer varias veces al día en pocas cantidades, para mantener siempre al organismo en funcionamiento y regular el nivel de apetito.

El pan y la pasta, los temidos hidratos de carbono, no pueden desaparecer de nuestras dietas. Se deben consumir con moderación y sin mezclarlos con alimentos grasos. Estos productos aportan fibra al organismo y, por cierto, menos calorías que el alcohol. Tampoco podemos dejar de lado el azúcar y sustituirlo por edulcorantes, ya que una cucharadita en el café apenas aporta 10 calorías y es buena para un óptimo funcionamiento del cerebro.

Comer un plato único, abusar de los productos light, restringir el consumo de agua, evitar la fruta tras la comida… son algunas de las creencias erróneas más comunes que cometemos cuando hacemos dietas.

Las dietas milagro de internet o aquellas que se centran en un solo alimento concreto suelen, por lo general, tener a la larga efectos perjudiciales para el organismo y presentan un riesgo para la salud. Lo recomendable es que te pongas en manos de un especialista que adapte las dietas y los alimentos a tus necesidades calóricas y tus objetivos.

Por último recuerda tres tips fundamentales que debes tener muy presentes: actividad física, constancia y paciencia son las claves para una dieta de éxito. No hay más trucos.

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